Televisiones de pantalla plana, celulares, drogas y hasta sexoservidoras, eran los lujos de “El Azulito” y sus compañeros, que escaparon del penal de Aguaruto, en Sinaloa, el pasado 16 de marzo.
Circulan fotografías de las ‘celdas’ de los narcotraficantes, donde se muestran los lujos en los que vivían, con sofás, closets para guardar su ropa, así como los muebles correspondientes para colocar las pantallas de televisión.
En otras de las imágenes, se puede ver al interior de la prisión, a mujeres ‘voluptuosas’, que hacen compañía a Juan José Esparragoza Monzón, hijo del capo del Cártel de Sinaloa, conocido como “El Azul”; y otros compañeros.
De acuerdo con recomendaciones emitidas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos, los penales del país tenían un ‘autogobierno’, donde quienes imponían las reglas eran los propios prisioneros.
Tal es este caso y el del penal de Apodaca, en Nuevo León, donde recientemente se difundió un video donde algunos reos eran obligados por otros a hacer labores de limpieza en ropa interior de mujer.