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Maltrato animal: una cruel confusión en la ley

Organizaciones protectoras y legisladores de la Ciudad de México no han podido ponerse de acuerdo en el término "maltrato", pues para algunos solamente es mantener a los animales en un espacio pequeño y para otros es referirse a los golpes y agresiones físicas. Mientras, miles son víctimas en las calles, las casas o los circos

Escrito en ESPECIALES LSR el


La Ley de Protección Animal del Distrito Federal, vigente desde hace más de 12 años, ha tenido diversas modificaciones; sin embargo, desde hace dos meses una serie de propuestas de reformas presentadas por los diputados locales ha vuelto a poner el debate sobre la mesa, pues de acuerdo con protectores de animales y especialistas no son específicas y generan confusión.

Una de las principales reformas anteriores fue al artículo 24, en 2011, para sancionar con prisión conductas de crueldad, maltrato, daño o tortura en contra de un animal, misma que tuvo su última aplicación el pasado 9 de julio, casi 18 meses después de su publicación.

En junio, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobó el dictamen para homologar las sanciones por maltrato y también incluyó la creación de un registro de mascotas, mediante un chip. Un mes después, el gobierno capitalino regresó la reforma para hacerla coincidir con los tiempos de la Ley de Celebración de Espectáculos, la cual establece que los circos no deben ofrecer funciones con animales y para analizar de manera puntal el tema de los chips.

Los debates que se han desatado no es por los tiempos en que se deba aplicar la ley, sino por la falta de inclusión de organizaciones que se dedican al rescate de animales, así como el gasto que implicaría la implementación de chips, la ambigüedad para definir lo que es maltrato y marcar diferencias entre los tipos de daños para aplicar las sanciones.

El diputado perredista Vidal Llerenas opinó que "la cárcel es un error, pues tiene que ser para personas que realmente son un peligro para la sociedad” y dijo que hay quienes calculan que puede haber 20 millones de perros en el país, lo cual “representa un problema de sobrepoblación muy importante que rebasa al gobierno y a las organizaciones”.

Hay a quienes aún no les quedan claras las definiciones de la ley para maltratar a un animal, pues mientras para algunos es mantenerlos en un espacio pequeño, para otros sólo es referirse a los golpes y agresiones físicas.

El legislador refirió que "podemos caer en extremos en donde no son necesariamente las penas adecuadas ni son además el tipo de penas que van a inhibir porque va a ser muy difícil que se siga aplicando; la pena va a ser tan exagerada que sólo va a aplicar en casos excepcionales”.

Javier Fernández, subdirector de Programas de Prevención del Delito de la Secretaría de Seguridad Pública, también comentó que el tema es muy amplio como para plasmarlo específicamente: “Hablar de maltrato es un caso muy amplio, sin embargo ahí hay que considerar que los golpes son un tema de maltrato, las mutilaciones, las vejaciones, la limitación del espacio en el que ellos se desarrollan son condiciones de maltrato, hay que delimitar perfectamente cuáles son todas las condiciones de maltrato, pero entre las más comunes son esas”.

Stephanie Myers, cofundadora de la asociación civil de rescate y adopción de animales Dogin Hood, definió como maltrato “desde tener a un perro en un jardín aunque sea grande y bonito pero que nadie salga a acariciarlo en meses o no jueguen con él, también cualquier perro que viva amarrado sin techo ni comida y agua, sin atención médica y del otro lado también los actos de pegar, mutilar y matar”.

Consideró necesario especificar las definiciones pues las leyes en la materia en varios niveles de gobierno tienen definiciones distintas y no se sabe a qué instancia acudir en los diversos casos. 

EL COSTO DE LAS REFORMAS

Otra de las reformas que causa confusión es la propuesta de implementar chips con un registro para animales de compañía (perros y gatos), pues según Vidal Llerenas no es lo mejor.

“No creo que hacer un registro de perros para el año, gastando 400 millones de pesos, sea el mejor uso de esos recursos; yo creo que sería mejor ir generando un registro en el tiempo donde podamos distribuir mejor costos y responsabilidades”, dijo.

Hay quienes comentan que los perros de la calle correrían el riesgo de no ser incluidos, pues el gobierno no asumiría el costo de los chips, lo cual podría traducirse en el sacrificio de muchos de ellos.

Myers calificó de muy buena medida la colocación de chips pues podría servir en caso de extravío de perros y en caso de que quienes adopten no acepten el gasto que implica el aparato, afirma, dice mucho del interesado, habla de que no se compromete a darle un buen cuidado a la mascota.

“Los perros callejeros seguro no van a entrar al registro o control pero no creo que corran más riesgo del que ya corren ahorita de ser levantados y sacrificados”, argumentó.

Cuando el Gobierno del Distrito Federal regresó el dictamen de modificación de ley a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal argumentó que carece de especificaciones respecto al chip y solicitó un mayor análisis para plantear las situaciones de uso del aparato.

¿A QUIÉN ACUDIR?

Aun cuando la ley publicada en 2002 ha tenido varios cambios, activistas dedicados al rescate de perros afirman que se les complica identificar a qué instancias deben recurrir para denunciar ciertos tipos de rescates, maltrato y abandono.

Stephanie, de Dogin Hood, afirmó que pese a que los rescates que hace casi siempre pertenecen al Estado de México, cuando le toca en el Distrito Federal se le complica saber a qué instancias dirigirse, pues dependiendo del tipo de maltrato es a la delegación correspondiente o a la Brigada de Vigilancia Animal. “Si yo que me dedico a esto me cuesta trabajo saber a quién dirigirme, imagínate quien no sabe nada de nada. Seguro ya ni denuncian”, explicó.



LA NOBLE CAUSA

“Taco” fue encontrado en inmediaciones de la colonia Tacubaya, de ahí su nombre. La Brigada de Vigilancia Animal lo encontró en estado grave de maltrato: la mandíbula destrozada, con la necesidad de una cirugía para alimentarlo mediante un tubo. El diagnóstico del veterinario en turno fue que el daño se debió a una patada, presuntamente de su cuidador.

“Lo arrojan a la calle porque no tenían interés de cuidarlo, es una situación de irresponsabilidad muy grave, es un acto de crueldad”, comentó el coordinador de la Brigada, Arturo Chávez.

Al día, la Brigada tiene cerca de 50 perros que mantiene en un refugio luego de rescatarlos de la vía pública, de casas o en todo tipo de circunstancias, por maltrato o abandono; de todos los animales que reciben, los perros representan casi el 90% de la población. Luego de que estén recuperados, la dependencia los canaliza con asociaciones civiles que se encargan de darlos en adopción.

A Otto, un dóberman adulto, lo llevaron sus dueños a la asociación “Ángeles Peludos”, en un accidente se lesionó una de las patas, la operación costaba 7 mil pesos “ese dinero no pienso pagarlo por un perro”, fue la expresión del cuidador, comenta Esmeralda, una de las encargadas del lugar.

“En 25 años que llevo en esto, puedo decir que el ser humano es malo, en comparación con los perros que son leales y te siguen y te esperan todo el tiempo, aquí sí cabe decir que entre más conozco al humano, más quiero a los perros”, comenta.

Waly, otra de las refugiadas que espera hogar, es una maltés que por estar preñada fue abandonada en la asociación. Aunque aquí pueden recibir sólo a 80 perros, por cuestiones de espacio y de recursos, a veces han llegado a tener más de 100.

En casi diez años la asociación ha logrado cerca de tres mil rescates.

Dogin Hood es una asociación organizada por dos amigas, quienes no tienen una oficina establecida pero que acuden a los llamados para rescatar animales, tienen más de cinco años, con más de 500 rescates, de los cuales 450 lograron dar en adopción y el resto son “dormidos” por enfermedades graves o casos severos de agresividad.

A quien más recuerdan es a Thaly, rescatada por Stephanie cuando circulaba por la carretera México-Toluca: “Estábamos saturadísimas de animales pero no podía dejarla. Eso nunca. Vi a la gente que estaba alrededor y nadie se inmutó a verla, no entiendo cómo la gente puede ser tan insensible, tenía las orejas totalmente destrozadas, se le caían a cachitos y los huesos muy mal, pensamos que fue atacada por varios perros o utilizada como carnada de perros de pelea”.

Thaly tiene ahora la fortaleza de un toro y “ya está fuerte, feliz, es cariñosa y agradecida; eso nos llena en nuestra labor, es una buena recompensa y paga suficiente”.

Organizaciones, dueños de perros y autoridades siguen a la espera de que se analicen las reformas a la ley, pues en un principio los legisladores locales la aprobaron de madrugada y sin detenerse a identificar y especificar los datos de mayor importancia entre los interesados en el tema.


 

jqf