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Enfrenta Sonora el mayor daño ecológico de su historia

La minera Buenavista del Cobre, de Grupo México, arrojó millones de litros de desechos tóxicos al río Sonora, provocando un daño severo a la ecología y una afectación directa a miles de pobladores

Escrito en ESPECIALES LSR el

Sonora, el principal productor de cobre de México, está frente al mayor desastre ecológico en su historia por culpa de la minería.

La contaminación de su principal afluente, el río Sonora, ha encendido la alerta del gobierno, productores agropecuarios y pobladores desde el 6 de agosto, cuando se descubrió que Buenavista del Cobre, propiedad de Grupo México, había derramado 40 mil metros cúbicos de químicos mortales, una cantidad suficiente para llenar 16 albercas olímpicas.

Tan sólo el año pasado, Sonora aportó el 76.6% de la producción nacional de cobre, básicamente extraída de esa mina localizada en el municipio fronterizo de Cananea, y para ello fue necesaria la utilización de diversos químicos como cianuro y arsénico, que tras ser utilizados eran almacenados en un reservorio construido a un costado de la mina.

Pero la mañana de aquel miércoles, uno de los tubos del reservorio registró una falla y vació todo el contenido. Los líquidos contaminantes se abrieron paso entre las montañas y llegaron primero al río Bacanuchi y más tarde al lecho del río Sonora, el más grande del estado, como lo demuestra este video de siete segundos, compartido por la activista social Rosa María O'Leary.

En este arroyo café y espumoso empezó todo. Buenavista del Cobre nada pudo hacer para detener esa mezcla líquida que en minería se conoce como "lixiviado de sulfato de cobre" y que no es otra cosa más que una mezcla de metales pesados y sales, altamente dañinos para la salud y con un gran poder contaminante para el medio ambiente.

El agua fluyó hasta el río, que dejó de ser transparente y se convirtió en rojizo. Murieron peces y vacas. Después vino la incertidumbre y el miedo.

Más de 22 mil pobladores de los municipios de Banámichi, Baviácora, Aconchi, San Felipe, Arizpe, Huépac y Ures, fueron puestos en riesgo. Ellos fueron testigos de la contaminación y se convirtieron en víctimas directas, como Ramona Yesenia, del municipio de Huépac, que ahora teme comer carne producida en la zona afectada.


Y en la búsqueda de responsables, se determinó que el reservorio defecutoso nunca fue autorizado por el gobierno.

De acuerdo con Luis Felipe Puente, coordinador nacional de Protección Civil, nunca hubiera podido autorizarse porque estaba en un lecho importante del afluente al río Sonora.

"La conformación del represo no se hizo con la norma que permitía que los lixiviados no se trasladaran a la zona del río y la forma en la que se instaló el tubo de desagüe no estaba en perfectas condiciones, lo que hizo que se fuera el tubo y que eso provocara el derrame de los 40 mil litros de los lixiviados al río Sonora", dijo en Hermosillo, tras recorrer tres municipios del río.

Dejó en claro que la responsabilidad es de la minera de Grupo México, que deberá solventar el daño, indemnizar a los municipios, pagar una multa multimillonaria y enfrentar una demanda penal que ya fue interpuesta por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), instancia que pide hasta nueve años de prisión contra quien resulte responsable.

Xavier García de Quevedo, directivo de Grupo México, dijo que la compañía asumirá su responsabilidad por esto que llamó un "lamentable accidente".




Este desastre ecológico ha sido aprovechado por los políticos que, en su afán de ganar simpatías de cara a las elecciones de 2015, han repartido personalmente miles de litros de agua embotellada entre los pobladores.

Así lo señaló el presidente Distrito de Riego de Banámichi, Martín Peña, en una entrevista concedida a Grupo Uniradio, de Hermosillo, quien además acusó al gobierno de no informar a la gente directamente afectada sobre los riesgos actuales y a futuro.

"Hemos vivido unos días de terror. Hemos estado clamando por información, por saber qué demonios está pasando aquí en el río; hemos tenido pasarela de funcionarios estatales y federales, algunos muy alineaditos como actores de telenovela, como candidatos que han venido y se han tomado fotos con botellas de agua, pero no sabemos realmente cuál es la situación. El manejo ha sido totalmente político.

"Primero nos dieron en toda la madre al río Sonora, que ahora es sinónimo de contaminación y de catástrofe. Ahorita la garruña es por el dinero de la mina. Nos están obligando a endosar contratos para que una instancia del gobierno se encargue de manejar el dinero de la mina. Exigimos reparación de daños, pero ni siquiera sabemos de qué tamaño es el daño", comentó.


Para el investigador de la Universidad de Sonora, Jaime Varela Salazar, la contaminación de río Sonora es el problema ambiental más grave del que se tenga memoria.

"La contaminación ya no hay forma de eliminarla y los tratamientos que pudiera haber serían demasiado costosos. Todo se va a diluir si llueve o con la misma corriente va a bajar la concentración de metales y con ello el peligro.

"Definitivamente este es el problema ambiental más grave que yo recuerde y nos dice mucho de las fallas del protocolo que existe para responder de inmediato y de la forma más adecuada a una contingencia de este tamaño, tanto de las empresas como de las autoridades responsables", señaló Varela, quien además es académico del Departamento de Química de esa universidad.

Y tuvo razón. Los gobiernos estatal y federal no reaccionaron inmediatamente al problema y fue hasta que comenzaron a circular las fotografías del río rojizo, varios días después, cuando comenzaron a implementar los protocolos de atención a los municipios directamente afectados.

Lo que hicieron fue dejar de bombear agua a través de los pozos aledaños al río y esto dejó sin el servicio a la gente de los siete municipios. Ambos gobiernos enviaron agua limpia en pipas y en botellas. También agregaron a la dotación miles de despensas.

Y sólo hasta entonces comenzaron los estudios al agua en 250 kilómetros del río, desde Cananea hasta Hermosillo, y se determinó que había metales y químicos por arriba de las normas permitidas.

"La Conagua previó hacer análisis adyacentes no solamente al lugar de la generación, sino en diferentes zonas del río, que permitiera determinar que ningún otro contaminante se estaba diluyendo al río", dijo Luis Felipe Puente, de Protección Civil.

Pero el río ya estaba contaminado con altas cantidades de aluminio, arsénico, cadmio, cobre, fierro y plomo.


A raíz de la contingencia, el portal sumedico.com publicó cómo afectan a la salud las altas concentraciones de metales en el agua del río Sonora.

Indicó que tomar agua contaminada o bañarse en el río puede provocar intoxicaciones crónicas o agudas.

Dependiendo del tipo de metal al que se estuvo expuesto, pueden dañar el sistema nervioso central, la piel, el sistema inmunológico y causar afectaciones neurológicas, explicó, citando un informe de la Secretaría de Salud de Sonora.

Agregó que los efectos que cualquier sustancia peligrosa puede causar en el organismo, dependen de tres puntos: la dosis, la duración y el tipo de exposición.

"La exposición prolongada, por ejemplo a través del consumo de agua, durante al menos cinco años, se observa especialmente en la piel, al presentar cambios de pigmentación, lesiones cutáneas y callosidades en palmas y manos; con el tiempo esto puede ser causa de desarrollo de cáncer de piel", indicó.

CADMIO. Este metal se acumula en los riñones y el primer efecto que provoca es la hipertensión arterial. Existe un riesgo mayor, especialmente a nivel pulmonar cuando el cadmio es aspirado.

PLOMO. Cuando una persona está expuesta a la contaminación por plomo, los primeros síntomas que presenta son fatiga, dolor de cabeza, dolor de huesos, dolor abdominal, trastornos del sueño, dolores musculares y trastornos de conducta. Si la intoxicación es mayor se presenta anemia, cólicos intestinales, náuseas, vómito, hipertensión, estreñimiento, enfermedad renal, esterilidad, daños al feto en caso de embarazo, impotencia sexual en el caso de los hombres y se puede estar propenso a desarrollar cáncer.

ALUMINIO. El ser humano ingiere al día entre 7 y 9 miligramos de aluminio a través de los alimentos. Esta es una sustancia que por lo regular desecha el organismo y generalmente no produce daño, aunque algunos estudios han sugerido que la exposición prolongada y elevada puede causar la enfermedad de Alzheimer.

HIERRO. La ingestión de exceso de hierro a través del agua potable no se asocia con daño al organismo. Cuando se consumen grandes cantidades de hierro de forma crónica se puede sufrir una sobrecarga de hierro, lo que puede causar una mutación genética que puede dañar algunos órganos del cuerpo. Si se tiene esta condición, se pueden presentar fatiga, pérdida de peso y dolor en las articulaciones; de no tratarse, pueden desarrollarse enfermedades del corazón, problemas de hígado y diabetes.

COBRE. Si la exposición a este metal es por un largo periodo puede provocar irritación en la nariz, boca y ojos; además de causar dolor de cabeza, estómago, mareos, vómitos y diarrea. Una toma accidental y grande de cobre pude causar daño al hígado y los riñones.

ARSÉNICO. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que los síntomas inmediatos de la intoxicación por arsénico son vómito, dolor abdominal y diarrea. También se pueden sentir entumecimiento en las manos y pies, además de calambres musculares.


La actividad minera ha puesto en riesgo a la ecología en Sonora en otras ocasiones. El 25 de agosto de 2013, una pipa que transportaba alrededor de 19 mil litros de cianuro de sodio se volcó en una carretera de la sierra local y derramó todo su contenido montañas abajo.

Parte del cianuro logró introducirse al río Yaqui, el más importante abastecedor de agua para el sur de Sonora, y también encendió la alerta en el gobierno.

La pipa, propiedad de la empresa Posabro, llevaba el cianuro a la mina de oro "Mulatos", en el municipio de Sahuaripa.

En ese accidente falleció el copiloto, un hombre de 35 años, que quedó atrapado y aspiró el tóxico.

Con el tiempo, el cianuro se diluyó en el río y el problema no pasó a mayores, aunque la empresa fue obligada a monitorear el agua periódicamente para cerciorarse de que no habría riesgos para la ecología y los pobladores.


Ahora, la contaminación del río Sonora ha obligado a las autoridades gubernamentales a implementar diversas acciones urgentes:

> Se mantendrá la coordinación permanente con los alcaldes del río Sonora.
> Se reconectará un pozo de agua al municipio de Ures porque no está contaminado.
> Se analiza el desarrollo de un plan hidráulico en todos los municipios del río para evitar otra tragedia ecológica.
> Todos los asuntos relacionados con afectaciones a la población, al medio ambiente y a la producción serán solventados por la empresa.
> La empresa deberá quitar a mano los químicos solidificados en la orilla del río, lo que generará empleos temporales.
> Se determinará qué productos tienen la garantía de saludables y podrán ser comercializados.
> Los pozos ubicados a 500 metros del río no operarán para evitar que se contaminen.
> Se hará un estudio de las aguas el viernes y se determinará el probable fin de la alerta.
> Sedesol repartirá 12 mil despensas y más de 120 mil litros de agua embotellada.


 

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jqf